Y aunque a muchos les parezca raro, Transilvania, la tierra del Conde Drácula, tiene una cultura arraigada en el mundo del vino. Rumanía se encuentra nada más y nada menos que en la posición décimo primera entre los países mayores productores de vino del mundo, lo cual es indicativo de que potencial elaborador tiene, casi al mismo nivel que un país con más fama a nivel internacional como es Alemania.
Y es concretamente la zona de Transilvania, una de las que puede indicarse como buena elaboradora de vino, no en vano se encuentra ubicada en la misma línea climática y latitud que la zona francesa de Burdeos y la italiana del Piamonte, lo cual es prometedor si eres un elaborador de vinos.
Hubo tradición desde antiguo, de hecho la leyenda dice que Dionisios, dios romano del vino, nació en Thracia, en lo que hoy es la región Dobrogea.
En Rumanía y en Transilvania se combinan diferentes tipos de vinos en base a las variedades que se encuentran. Por un lado vinos con uvas típicas de este país, como son la Feteasca Alba, Feteasca Neagra y Babeasca. Las uvas propias de Rumanía proceden básicamente de tres zonas, de lo que es el Mar Negro y sus proximidades, de lo que es Moldova y de lo que son los Cárpatos, o sea, Transilvania.
Pero como ya indicamos, el estar en la misma latitud que otras zonas hace que también nos encontremos con variedades típicas de otras zonas vitivinicultoras europeas como son : Cabernet Sauvignon, Merlot o Pinto Noir, más francesas o, Gewürztraminer más alemana.
Lo que sí es cierto es que hasta mediados de la década pasada, el mundo del vino había caído en el ostracismo en Rumanía y solo la entrada de capital de inversores extranjeros ha hecho que vuelva a ser un sector floreciente y con elaboración de vinos cada vez de mayor calidad.
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